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La trama de allegados, empresas y socios que rodean desde hace años a Boudou |
El vicepresidente Amado Boudou está Ginebra, Suiza, un viaje que tenía previsto desde la semana pasada. Cuando estaba en vuelo, en Buenos Aires se conocía que quedaba imputado en una causa por supuesto enriquecimiento ilícito.
Lejos de entrar en pánico, el vicepresidente esta vez se comunicó con su despacho en el Senado para conocer los detalles de la causa; por el momento, no se analizaba ninguna contraofensiva. La conclusión que sacaban anoche en Balcarce 50 es que el hecho podría terminar impactando positivamente en Boudou si lograra un sobreseimiento, lo que impediría que pueda volver a ser investigado.
No obstante, ayer la Casa Rosada se llamó a silencio absoluto y no hubo repercusiones sobre la causa. Más bien en los despachos oficiales sostenían que el caso no tenía la gravedad de la otra causa preliminar, la que lo involucra en un supuesto tráfico de influencias para favorecer a los dueños de la ex Ciccone Calcográfica, que imprimirá billetes de 100 pesos por orden del Banco Central.
Boudou partió a Ginebra anteayer al atardecer, después de que regresó de Santiago del Estero, adonde había viajado para una actividad de gobierno. Sus allegados cerraron ayer los teléfonos con la excusa de la diferencia horaria, pero desde la Casa Rosada informaron a LA NACION que ya anoche había llegado a Ginebra.
El viaje de Boudou tiene como objetivo que el vicepresidente reciba, en nombre de Cristina Kirchner, el premio que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo que depende de las Naciones Unidas, le otorgó a la jefa del Estado por su contribución a la "revolución digital de las tecnologías de la información". El galardón será entregado mañana. Según contaron a LA NACION en el Gobierno, Boudou viajó por adelantado porque debía participar de otras reuniones, aunque no especificaron cuáles eran.
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